martes, 22 de septiembre de 2009

Dos

Fusión de identidades
el sarcasmo rehúye
transformar el salmo
Llenos los bolsillos
se agotan
Dos palabras
me fui...

martes, 15 de septiembre de 2009

Hábitos y tentaciones

La charla tomó un giro inesperado después de solucionar los problemas que aquejan a la selección Argentina. Para él, la culpa de esta debacle es la cabeza más grande, la que decide los destinos del fútbol como si fuera un rey.
- No puede ser que elija a un irresponsable como director técnico, se le escuchaba repetir. Fue entonces cuando la senda trazada por el café, nos depositó en el análisis de lo que son las tentaciones y hasta qué punto pueden obligarnos a optar por uno o varios caminos.
-Lo importante es qué es lo que se busca, reflexionó como invitando a divagar.
Fue inevitable recordar la charla que le tocó mantener con un taxista de la Capital, que mucho antes de manejar el Renault 12, supo conducir una ambulancia del servicio de emergencia. El conductor le reveló que casi todos los días le tocaba retirar el cuerpo de algún suicida, se trataba de una de las tareas más comunes durante sus jornadas.
-Los domingos se notaba más. Mucha gente de más de 40 años que elegía arrojarse a las vías del tren, nunca entendí muy bien el motivo, habiendo tantas formas, comentaba el chofer buscando los ojos del pasajero a través de los retrovisores mientras seguía narrando su experiencia.
-Lo más impactante y a lo que nunca me pude acostumbrar, eran los chicos. No podía evitar ver sus rostros de descanso sin imaginar a alguno de mis sobrinos, afirmaba aferrado al volante y siguiendo el ritmo de una canción transmitida por una AM, segundos antes de la confesión.
-En algún momento me picó el bichito, no sé, sentí como si fuera una salida elegante a los problemas. Pensé que se trataba de tomar coraje, cerrar los ojos y saltar a la nada. ¿Me va decir que no es tentador?
El mozo interrumpió la historia para completar una nueva ronda, haciendo equilibrio con la bandeja. Tiempo que fue suficiente para reflexionar sobre la reiteración de hábitos muchas veces justifican lo mundano, irracional y sugestivo hasta para los que ocultan sus emociones.
Después la gente se queja de la lentitud del Gran Capitán, dijo el mozo mientras se retiraba.
Publicado en el diario PRIMERA EDICION

domingo, 13 de septiembre de 2009

Diario


Lo irremediablemente cotidiano
son mis ansias y esta impericia
en el arte de abandonar
El abandono

sábado, 5 de septiembre de 2009

Las soledades compartidas

“Suelo elegir a mis amigos entre la gente triste…”

Al parecer, se trata de un amague, nada más. Santa Rosa sigue lejos y entonces, la noche se presenta propicia para los vicios y el pecado. El amigo extiende el dedo índice en clara señal para que el mozo se presente. Julio es hombre de whiski en las rocas, disfruta del bullicioso silencio del hall del casino mientras observa el devenir de las majas, que se ofrecen como consuelo de una noche. Tiene razón el poeta, hay amores que pueden ser eternos hasta que salga el sol. Amores tan puros que no le dan tiempo a las mañas y donde la cobardía no llega a ser un puñal. Amor.
Junto a la bebida llegan escuetas palabras que no se dicen, pero sugieren y dan a entender hacia dónde apunta la confesión. “No conozco un bohemio al que no le guste el juego”, se despacha mientras juega con una de las piedras de su vaso. Fichas, humo, tragamonedas, desesperados, suicidas, putas, todos confluyen en el mismo patio. Todos buscan la salvación eterna, sin suerte, porque seguirán con su ¿infructuosa? peregrinación. Es en ese punto donde se encuentra la línea que los une: son semejantes a buscadores de tesoros imposibles. Lo realmente trascendente no son las joyas, sino los senderos que se van acumulando. “Se trata de lazos invisibles con poderes ocultos. Fuerzas que nos contienen en el anhelo y el deseo de que la noche tenga un final feliz”, dicen sus ademanes bukownianos en lo que parece ser una plegaria al dios de la alfombra verde.
Se aproxima una rubia de pechos urgentes y manos insinuantes. Sin necesidad de abrir la boca, ambos saben cuál será el final. Ella busca la puerta y él la sigue despidiéndose en el andar. Ya está todo dicho. Después del amor cada uno se alejará en procura de su soledad. Julio coincide en que no hay mejor amanecer que su compañía.

(Publicado en el diario PRIMERA EDICION)