sábado, 16 de mayo de 2009

Piquete contra si misma

“y aunque la noche pase y yo te tenga y no”

Analiza todas las palabras en busca de alguna justificación. No pierde los segundos y ante la primera aparición de una supuesta ofensa, muestra los dientes en señal de descontento. La escena es repetida y a casi nadie sorprende este tipo de reacción, que se inició hace un tiempo, luego de una frustrante aventura que culminó en desencanto.
Desde ese día, comenzó a ocultarse detrás de un velo de acero al que nadie puede acceder y a pesar de que se confiesa como una ferviente defensora del amor, su propia vida está atravesada por la insatisfacción. Tan metida se encuentra en el rol, que nunca se detuvo a analizar que en los hechos, la única damnificada resulta ella, con esa manía de inventarse fantasmas.
"¡No, no nena! no podés sentirte tan sola... habiendo tanta gente...", escribió una noche, dueña absoluta de sus pasos y forjadora irremediable de su dolor; ese que le hace renguear ante cualquier posibilidad que es desechada y acumulada en un profundo pozo, que parece no tener fondo, tanto como su perversión.
Los caminos que se le presentan son cerrados de inmediato al tránsito de personas, un embotellamiento del ir y venir, detenido en un fracaso -que en su inconsciente reconoce medio absurdo-. Quemando ilusiones, su autopiquete gana la batalla por gobernar la percepción y le intoxica con el humo propio del fuego iniciado por un pirómano conocido.
En esa barricada se encuentran, ella y sus temores, potenciándose para mantener cerrado el viaducto. No hay forma de levantar las barreras porque su propia nobleza no es seguidora de la represión; ya bastante mano dura tiene con ella misma.
Pero como en todo encierro autoimpuesto, existe una vía de escape para aliviar el discurrir de los hechos. En versos se anima a expresar todas aquellas dudas que la mantienen en vilo y letra a letra, su arte se asemeja más a un desesperado pedido de auxilio, que a la poesía en sí.
"Me cansé de hablar, nunca terminamos de solucionar nada... ¡Callate! y dame un beso", ruega, y parece levantar la barrera del peaje.

(Publicado en el diario PRIMERA EDICIÓN)

2 comentarios:

" Til " dijo...

Gracias 2

Anónimo dijo...

SON MUY BUENOS!!!!