En noches análogas mis enemigos
se asemejan a oscuros misiles
que apuntan en la penumbra
y transforman el cielo de mi habitación
en una patética muestra de poderío bélico
y miedo escénico ante la realidad
del no querer ser
o no saber qué ser
o no reconocer lo que soy
y no me animo a ser
Un retrato amarillento perdido
en un depósito de vanas ilusiones
Una gota de agua en el desierto
de tu olvido
Una marioneta que escapó
de quien lo manipula
Un cartel luminoso para un ciego
Apenas el reflejo de una llama
que se extingue de a poco
como la esperanza de tu regreso.
lunes, 16 de febrero de 2009
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